Los metrosexuales son aquellos a quienes decididamente les gustan las mujeres, pero, al mismo tiempo, son grandes consumidores de cosméticos, revistas de diseño y ropa de moda, características que a más de uno le hacen dudar de su orientación sexual. Y es ahí donde está una de las características más distintivas de estos “nuevos hombres”: a la mayoría les da exactamente lo mismo que piensen que son homosexuales. Un ejemplo: el futbolista David Beckham, quien se pinta las uñas, se hace trencitas en el pelo y posa para revistas gays, sin renunciar a su perfil heterosexual. Algunas características claras hasta el momento: usan jeans de marca, se interesan por el diseño de interiores, cocinan, hacen yoga. Tampoco le hacen asco a la cirugía estética, tienen buenos modales, distinguen una sábana de buena calidad de una que no lo es, saben qué está in y son sensibles.
La imagen de los metrosexuales es impecable y sofisticada, visten a la última moda, usan sólo ropa de marca; además ellos mismos la eligen y la saben combinar, y distinguen perfectamente una prenda de buena de calidad sin necesidad de acudir a la opinión femenina. Decimos adiós al antiguo hombre macho desaliñado, con zapatillas de deporte y una prenda de cada color.
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